Una de las costumbres más arraigadas en todas las culturas del mundo es celebrar los días señalados con un buen festín culinario. Sin duda, la mejor manera de disfrutar del día más romántico del año es una cena íntima en compañía de la persona amada. Cuando se aproxima San Valentín, los enamorados se embarcan en la búsqueda del regalo perfecto, pero, ¿acaso hay mejor prueba de amor que sorprender a tu pareja con un menú delicioso? No hace falta esperar a San Valentin, estas cenas son una manera de de seducir y de poner romanticismo en nuestras vidas. Este año embárcate en el placer de disfrutar de la cocina: nosotros te damos las ideas y tú pones el delantal.
En líneas generales, una cena romántica tiene que ser ligera y delicada, caracterizada por alimentos muy especiales, que degustemos muy ocasionalmente y, por supuesto, que destaquen por su gran calidad. Nunca viene mal decantarnos por la mitología afrodisíaca: las fresas, los vinos espumosos, el marisco, las especias o el chocolate... Todos ellos suelen convertirse en ingredientes habituales de un menú cargado de pasión.
En líneas generales, una cena romántica tiene que ser ligera y delicada, caracterizada por alimentos muy especiales, que degustemos muy ocasionalmente y, por supuesto, que destaquen por su gran calidad. Nunca viene mal decantarnos por la mitología afrodisíaca: las fresas, los vinos espumosos, el marisco, las especias o el chocolate... Todos ellos suelen convertirse en ingredientes habituales de un menú cargado de pasión.